RIP Empresa y Autónomo

19.04.2020

Las limitaciones a la movilidad, de trabajadores y consumidores, establecidas en todos los países del mundo han conducido al parón económico de todo el planeta.

Si a una máquina la dejas sin combustible, no puede funcionar, si a una empresa la dejas sin trabajadores no puede producir, pero si además la dejas sin clientes no puede vender, y con ello transformar en recursos económicos sus productos y servicios para volver a empezar su ciclo.

Se podría pensar que todo volverá a la normalidad en el momento en que trabajadores y consumidores vuelvan al mercado pero en sí misma se trata de una afirmación demasiado simplista.

Durante el "parón" las empresas han tenido que seguir cumpliendo con sus obligaciones legales, a pesar de no tener actividad, pagar a sus asalariados a pesar de no contar con ellos, pagar sus alquileres a pesar de no estar desarrollando actividad comercial, pagando sus préstamos a pesar de no estar utilizando estos recursos. Y esto significa descapitalización, pérdida de recursos, al tener que dedicarlos a esos fines, sin que entren recursos nuevos fruto de sus ventas.

A esta situación de pérdida de liquidez los gobiernos han intentado hacerla frente retardando los pagos que pudieran tener algo que ver con ellos (impuestos, cuotas de trabajadores y autónomos) y facilitando liquidez (financiación a las empresas). También han intentado evitar estos gastos a las empresas con intención de ser soportados de su lado (los famosos ERTE).

Pero no es oro todo lo que reluce, una cosa es la comunicación hacia la galería en rueda de prensa y otra muy diferente la verdadera posibilidad de beneficarse de estos apoyos mediante el condicionado establecido a través del BOE. No todas las empresas han podido hacer un ERTE, no todas las empresas van a ver aprobadas sus peticiones de aplazamiento o moratoria, no todas las empresas van a recibir la liquidez de los famosos préstamos ICO.

Si las empresas tan sólo van a poder aprovechar en parte los apoyos del gobierno, tan sólo van a poder sufragar en parte sus necesidades, por lo que seguirán soportando mayoritariamente las consecuencias del parón económico a sus propias espaldas.

Habrá quienes no puedan con el peso y tengan que cesar en el desarrollo de su actividad, ese es el riego de toda empresa, aunque esta vez ante un final provocado por algo ajeno al mercado, la decisión de confinamiento de un gobierno para parar una pandemia sin la suficiente reflexión económica.

Si las obligaciones de cobro y pago en el sistema se hubieran interrumpido para todos los actores afectados por el confinamiento, empresas, trabajadores y estado, manteniendo en "pause" sus obligaciones legales hasta el fin del estado de alarma, podrían haberse evitado males mayores al sistema económico.

Las empresas sin actividad no tendrían que pagar el salario a los trabajadores porque los trabajadores no estarían trabajando (razón por la que cobran sus salarios), las empresas no tendrían que pagar sus alquileres (porque no estarían desarrollando la actividad por una imposición legal no por su voluntad), al igual que no tendrían que pagar sus impuestos y cotizaciones sociales exactamente por el mismo motivo.

Los trabajadores sin actividad no tendrían que pagar sus compras básicas, alimentación, etc.,  porque no tendrían recursos obtenidos con su trabajo para ello, sería este consumo el financiado por los estados, tampoco tendrían que pagar sus impuestos (exactamente por la misma razón).

Estaríamos ante una economía intervenida en la que tan solo las empresas activas (alimentación, farmacia, etc) recibirían recursos originados en el estado de manos del conjunto de trabajadores sin actividad.

Tal vez esto sea lo que se ha pretendido, interviniendo lo mínimo posible ERTES y APLAZAMIENTOS, sin embargo no se ha conseguido, al no haber extendido a todos esta posibilidad, las medidas NO HAN SIDO PARA TODAS LAS EMPRESAS Y AUTÓNOMOS SIN ACTIVIDAD, si no tan sólo para aquellas que el propio gobierno ha elegido a golpe de decreto.

Hay por tanto un responsable económico de lo que está ocurriendo, que esperemos sepa reaccionar para no dejar de lado, mediante medidas adicionales a todos los que han quedado fuera de su protección inicial.

De no hacerlo, asistiríamos a la desaparición irremediable de parte del tejido empresarial en nuestro país.